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08 abril 2013

RESUMEN DEL FLAUTISTA DE HAMELIN

Resúmen del Flautista de Hamelin

En Hamelín la gente estaba harta de una gran plaga de ratas que hacían de las suyas. Estaban en casi todos los ambientes de las casas y en todos los rincones de aquel pueblo. Los pobladores ya no sabían que hacer y reclamaban a sus autoridades, quienes habían buscado ya más de mil formas de resolver el problema, sin ningún éxito.

Un día en medio de tanta discusión entre el Alcalde del Pueblo, sus consejales y todos los pobladores, llegó un joven muy extravagante, con ropa colorida, porte un tanto descuidado y muy flaco que portaba una flauta colgada del cuello que esperó que todos se callaran y fue allí cuando propuso resolverles sus problemas, por tan sólo 1000 florines. Luego de haberles contando sus peripecias; que murciélagos, que reptiles, nada ni nadie decía se resistía a su encanto, era justo que había que pagarle sus servicios. Que perdían, dijeron y aceptaron.

El Alcalde y sus trabajadores además se apresuraron a superar la demanda del Visitante, pues les dio esperanza, 50 millones de florines le ofrecieron.

¿Y cómo haría tal empresa?

El dijo que la música que traía, atraía a muchos animales cual cortejo.

Es así que salió luego del trato, el flautista dizque mágico.

Apenas tocó sus primeras melodías, un "ejército" de ratas empezó a marchar en orden  hipnotizados, era tan dulce la música que llegaron sin notar hasta un gran un río y allí siguieron la danza final pues todas se ahogaron, excepto una que por su fortaleza llegó a la orilla. Esta escapó y se fue al País de las ratas donde le contó lo sucedido, les  contó que había entrado en trance, al punto de escuchar, que llegarían a un paraíso de comida y miel más que abundante, seguro e igual sus compañeras. Entonces las ratas que escucharon pasaron la voz a todas las ratas del mundo y decidieron todas que nunca más irían a ese lugar.

Hamelín estaba libre de ratas por fin y para siempre, y sin embargo el Alcalde y su gente se negaron a pagar lo acordando además de humillar al héroe. El sólo pedía sus mil florines. Reclamó el flautista sin resultado y se indignó. Se retiró pero sólo antes de irse les gritó que se arrepentirían , más nadie le hizo caso.

Tomó su flauta mágica y tocó aún más dulcemente que la primera vez y así de pronto cantando y bailando alegremente marchaban decenas, cientos y miles de niños de aquel pueblo, incluso los hijos del alcalde no pudieron resistir aquel llamado musical y se enrumbaron a una gran montaña. Aún nadie creería que se irían para siempre y se burlaron. Entonces de la nada abrióse en la montaña una puerta, y uno a uno entraron muy felices los infantes. Nada pudieron hacer desde ese entonces, quedó solo un niño que cojeaba, muy triste y renegando por quedarse. Asombrados preguntaron porque se había quedado y el dijo que su pierna no ayudó y se quedó y contó que estaba triste porque no llegaría al Paraíso que el flautista prometió.

Nunca más se vieron a aquellos niño, dejó así una gran lección a todo el pueblo para que ya de una vez cumplieran su compromisos, pues la palabra se cumple si o sí.